El siempre polémico Peter Moore, actual presidente de EA Sports y ex directivo de Microsoft, reconocía hace poco en la versión online de The Guardian que cuando dejó la agonizante SEGA para unirse a Microsoft, tuvieron que decidir entre adoptar una política de "construcción o compra". Es decir, invertir en el desarrollo interno o directamente absorver empresas del sector.
"Microsoft ya había sacado la XBOX al mercado, pero era una caja negra para shooters. ¿Cómo podíamos evolucionar a partir de eso", menciona Moore.
El rumor de la compra de Nintendo por parte de Microsoft fue muy insistente en 2004, y parece que estuvieron cerca de hacerlo. Moore no aclara hasta qué punto, pero deja entrever que Bill Gates quería absorver a su competidor pero los directivos de la compañía japonesa no quisieron. Finalmente, la evolución a un mercado más doméstico la hicieron junto a Rare.
Moore también declaró que él fue el responsable de la muerte de Dreamcast, al final de la era de SEGA como desarrolladora de hardware.
"Fueron 18 meses tremendos. Dreamcast estaba triunfando, y realmente pensamos que podíamos conseguirlo. Pero un día recibimos un mensaje de Japón diciéndonos que teníamos que hacer X cientos de millones de dólares durante las vacaciones, o no podríamos sostener el negocio.
Así que en Enero de 2001, anunciamos que SEGA iba a dejar la fabricación de hardware. Vendíamos 50.000 unidades al día, luego 60.000, y finalmente 100.000; pero simplemente no era suficiente para afrontar el lanzamiento de PS2 y, tras el abandono de compañías como EA, la situación no iba a mejorar todo lo necesario. Así que fui yo quien hizo la llamada, no los japoneses. Tuve que despedir a un montón de gente, así que no fue un día que me guste recordar".
Unas conmovedoras declaraciones que vienen a rellenar un hueco de la historia que muchos sospechábamos pero nadie nos había confirmado. SEGA tuvo que escoger entre ir a la bancarrota y cerrar o reformarse para tratar de sobrevivir. Y pagó un precio muy alto.